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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. PRÍAMO RODRÍGUEZ CASTILLO, CANCILLER DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO, UTESA, EN LA SEPTUAGÉSIMA SÉPTIMA GRADUACIÓN ORDINARIA DEL RECINTO SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, CELEBRADA EL SÁBADO 20 DE FEBRERO DE 2016. SANTO DOMINGO, DISTRITO NACIONAL.
EL SOÑAR DE AYER ES INICIAR EL ÉXITO HOY
Ser un hacedor es llegar a ser poseedor de una imaginación
positiva. Por ello,
ustedes, graduandos, han logrado hoy un
resultado de sueño; es decir, hacer realidad hoy el resultado del esfuerzo de
toda la vida, estimulados por
la idea de construir su futuro bajo una
práctica de todos los días; haciendo bajo la luz y el sol una siembra de
esperanza, a través de una decisión que alimenta el emprender, y participa
haciendo y desarrollando una carrera profesional que tiene como meta
alcanzar algo de gran valor, cuyos
quilates tendrán tanta fuerza como ánimo para seguir soñando: querer hacer más para ser más.
Se dice que los sueños son regalo de Dios, que necesitan ser
alimentados siempre consciente o inconscientemente por la familia, los amigos,
los amores, en general; y, ciertamente han tenido que ver en gran medida con el
resultado de hoy. Obtener este grado
ha exigido retos que cambian vuestras vidas, vuestra visión y futuro; es decir,
que la profesión proporciona a la persona una dimensión asumida en la sociedad o
entorno donde viven o van a vivir como estatus profesional. Han adquirido unas ideas, un
conocimiento, una experiencia y vivencia de estudio que los lleva a un
nuevo nivel
en el saber, en el conocer y en el hacer. De acuerdo a lo que encontramos y
queremos hacer podremos manifestarnos como personas cargadas de la capacidad
para construir el camino que soñamos, para llegar a ser todo lo que queremos y
somos capaces de hacer, para lograr de los sueños una vida digna y caracterizada
por el bienestar. Es una oportunidad
que permite lograr la felicidad.
Esta es tu visión, es un producto propio, construido por ti mismo,
en el que debes confiar toda la vida, porque es la recompensa de tu compromiso y
esfuerzo; él te traerá el éxito, te servirá para triunfar y llegar hasta donde
quieras. Llegamos a ser ganadores de
nuestro destino, rango en el que nos sitúa la vida a través de nuestro esfuerzo. Sin embargo, debemos ser críticos y
aceptar las críticas; este es un ingrediente en el proceso de superación,
manteniendo los principios y valores, sin
permitir que se pierdan; y si un día sucede, tener la capacidad para volver de
nuevo a seguir los sueños que siempre deben permanecer en el profesional bien
calificado, cuya capacidad, calidad humana y sabiduría nunca debe acabarse.
Eso es luchar, sí, es
necesario trabajar, aportar y hacer más, confiemos más en nosotros para nuestro
beneficio y de nuestra sociedad; ello nos permitirá ganar la batalla y con la experiencia y sabiduría se
hace real el hecho, otro sueño visionario que produce una hermosa imagen del
profesional que simplemente debe caminar con entusiasmo, y con una conducta
característica del ser humano sano y emprendedor,
capaz de convertir sus aspiraciones en bienestar para vivir mejor y
compartir las alegrías que nos trae la vida por nuestro obrar bien. De acuerdo a la esencia que nos
regala Dios, cuando lo buscamos nos merecemos el espíritu que fortalece la
libertad humana de sobreponernos y levantarnos sobre cualquier tempestad, que
encontremos en ese camino que en la existencia humana sentimos como adversidad;
pero sabemos que somos capaces de superar las
circunstancias adversas, y dar sentido positivo a nuestros
conocimientos y entusiasmo;
con ellos lograremos el propósito de
bienestar y la capacidad de compartirlo y vivirlo rodeados de las demás
personas.
Enfoquemos, ahora, lo expuesto en lo tratado hasta el momento, bajo
otra perspectiva. El profesional que
recién se gradúa debe tener un propósito muy particular que sería no soñar, sino
permanecer despierto observando el propósito de su vida. Esta actitud será un reto para el
corazón y para la razón. Muchas
veces el corazón va dando respuesta de forma personal, rompiendo los esquemas
normales de los deseos en el querer hacer cosas que no son comunes en el
ejercicio profesional. Esto se
trata, más bien, de la intuición que
impulsa a hacer las cosas de un modo mejor que lo común o lo establecido. Cada persona en momentos así debe
apoyarse en su realidad particular, en su yo interno, lo que quiere en la vida y
lo que cree que debe hacer en su desarrollo profesional. Pero,
combinando lo anterior con lo que se supone que está esperando la
sociedad del nuevo profesional, sus familiares, sus amigos, y lo que tiene
reservado el medio. Sabemos que los
pensamientos, las preocupaciones y la conciencia envían ideas, mensajes y
señales que también pueden servir de modo y guía para lograr propósitos. Obviamente, estas son observaciones
que tienden a variar y producir resultados que afectan la vida.
Este conjunto de reflexiones invitan a tomar conciencia de las
diferentes preocupaciones en busca de respuestas, a la problemática del
ejercicio de su carrera profesional.
La elección de una carrera profesional debe ser cónsona con la
visión y las valoraciones de la persona, para que el éxito académico exprese un
sentimiento de orgullo y satisfacción, tanto en lo material como en lo
espiritual, en la paz interna que trae una liberación de expectativas, que
normalmente impulsan el corazón en contraste con la razón, provocando emociones
que encierran tanto alegría como amargura.
Se trata, por tanto, de explorar este poder del corazón y la razón,
como energía motivadora del nuevo
profesional que se presenta en los inicios del ejercicio profesional.
Obviamente, la carencia de experiencia profesional en la etapa
inmediatamente posterior a su graduación, despierta unas expectativas en sus
primeras experiencias.
Según nuestra
experiencia, lo importante es iniciarse en el ejercicio profesional; en el
camino se va adquiriendo la experiencia y
la cultura de la profesión. Se
advertirá la influencia del contraste entre el corazón y la razón, logrando de
ese modo modificar la visión, sobre el desempeño profesional.
He querido, graduandos, exponer brevemente algunas ideas y las
intuiciones que permiten esclarecer las fortalezas humanas del nuevo
profesional, aprovechando sus capacidades con más conciencia, es decir, con más
éxitos y menos fracasos.
Sabemos que todo pensamiento debe conducir a una concreción
inspiradora para lograr sus mejores propósitos.
Ello permite disfrutar una mejor vida social, bajo la iluminación de la
conciencia, descubriendo y desplegando sus capacidades
para desempeñarse con éxito.
Mantengan siempre el sueño de la esperanza y la fe, y busquen
siempre el remanso de paz que Dios nos da.
Así alcanzarán sus metas y lograrán sus objetivos. Así, podrán hacer de sus sueños sus
realidades de vivir, y compartir sus vidas, con dignidad, con bienestar, con
amor y paz.
¡Que sean felices!, y si algún día no encuentran esa felicidad,
acérquense a su Universidad, para que juntos podamos lograrla. Estamos seguros de que venceremos.
En buena hora y que Dios los bendiga.
Muchas
gracias.
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